miércoles, 14 de noviembre de 2012

El mar que nos lleva y llevamos dentro

     No sé muy bien de qué escribir, en verdad barajo dos temas. El dilema: he leído un libro muy bueno, el que a pesar de que el escritor dijo incontables veces que no era un metáfora, en su realización a mí me lo ha parecido totalmente, por otro lado he tenido una experiencia de vida que si bien no es la más shora de la vida, me dejó de lección algo que jamás en hubiese pensado siquiera la mínima posibilidad de plantearlo, en ideas, en actos, menos!
     Aquí voy. El primer relato es sobre el libro, no quiero contar sobre lo que trata el texto porque prefiero que puedan leerlo de alguna manera, es el viejo y el mar, de Heminway. A grandes rasgos, la historia de un viejo pescador, el que lleva muhos días sin pescar algo, absolutamente nada. Este hombre mayor se enfrenta al mar todos los días, y espera atrapar algo a diario. Seguramente la historia no nos es tan extraña, de hecho, la vivimos igual que el personaje, día tras día nos enfrentamos a lo que es nuestro mar, esperamos encontrar algo en ello, volver a casa con algún pescado, aunque las cosas a veces son difíciles y no siempre encontramos algo con lo que volver, seguimos ahí. Es lo que esperamos de la vida, es lo que la misma nos depara, lo que se construye tal como en la historia del pescador, pescas buenas y malas, eso es vivir. Al mismo tiempo, estando en alta mar, es el momento para pensar, tomar las decisiones, estando con uno mismo, solo, solo, es cuando se puede observar en perspectiva el transcurso de lo que nos rodea.
      Lo segundo, la experiencia. No es una novedad de que los últimos tiempos en mi vida fueron convulsionados al menos, (y quien no lo haya sabido ahora lo he dejado en claro). Estuve trabajando, un trabajo bien pagado para mi experiencia en el rubro y mis estudios al respecto. Feliz, cansada, ahora soy una persona que se levanta temprano, a hacer puras estupideces, pero al menos "a quien madruga Dios le ayuda", (y mi mami también, quien gentilmente me prepara el desayuno energético soñado por cualquier estudiante o asalariado). La cosa es, el trabajo no me gustaba, lo odié, aunque debo aceptar que hay aspectos de él que sí me agradaban como el trato con determinadas personas en una situación cordial, y lo que odiaba era todo lo contrario, el mismo trato con la gente pero en situación no cordial, sino que el extemo opuesto. En fin, el trato con público es una arma de doble filo. Conozco más cosas que no me gustan, no que odio, porque me di cuenta de uuuun aguante con respecto a estas cosas!! ayyy!  Y he ahí el punto en donde se cruzan las historias, fui el personaje que se adentra en el mar para obtener sus ganancias, me retiré a un mar, en el que descubrí lo que amo y lo que detesto, donde pude ver en verdad quién soy, lo que quiero, lo que haré y es maravilloso, ahí sólo perdida en el mar, con mi soledad pude determinar lo que me había costado tanto tiempo descubrir y aventurarme en ello, sin miedo, sin pensar en lo que puede pasar, es simplemente uno de los riesgos. Si quieres hacer algo, hazlo, si no, déjalo. Tan simple y tanto que me costó descubrirlo.

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